miércoles, 24 de junio de 2009

"Al pan, pan y al vino, vino"


Desde que me dijeron que no se llamaba aborto sino interrupción de embarazo, daño colateral y no asesinato e insurgente en vez de terrorista, creí haberlo escuchado todo.
¿Tanto miedo tenemos a llamar las cosas por su nombre? La excusa es que queda mucho más bonito decir muerte digna que eutanasia, amante de lo ajeno que ladrón...
La mayor preocupación es que su mayor uso se lleva a cabo en prensa, medio de comunicación caracterizado por la información objetiva. Somos la contradicción personificada. Tenemos pudor a decir muerte, por lo que decimos fallecimiento, llamamos acción armada al asesinato, pero no tenemos problemas por llamar a la asistenta del hogar “chacha” o a la estación de servicio gasolinera o al ingeniero técnico “perito”, de nuevo tropezamos con la misma piedra.

2 comentarios:

  1. A veces detrás de estas palabras hay intención de confundir, otras simple falta de vocabulario y las más hipocresía, sólo hipocresía.
    ¡Menos mal que todavía hay quienes saben distinguir!Bs

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  2. Si desde luego que queda gente que distingue las cosas, pero hipocresía y falsedad, como tú bien dices hay, y por desgracia, más de lo que pensamos!!gracias, Bss

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