viernes, 24 de julio de 2009

El humor también se canta

El humor es algo difícil de definir, fácil de asimilar y a veces de perder, con la esperanza eso sí de su también fácil recuperación.
Si nos paramos a pensar en una clasificación del humor, la lista quizá saldría más larga de lo esperado. Podemos toparnos con el serio humor de Eugenio, pasando por el humor absurdo de los hermanos Marx, o del propio Miura, dentro del que podríamos incluir a los grandes Faemino y Cansado. El humor inteligente y gestual del Tricicle, (donde volvería a incluir los anteriormente mencionados), el humor algo menos fino, el humor fácil, así como el difícil de hacer y también complicado de entender…y así podríamos pasarnos horas y horas.
También cabría otra clasificación: la del humor a través de la literatura, a través de monólogos, a través de diálogos, de gestos, de bailes, de canciones. Y aquí me detengo. Porque creo que estamos en un momento en el que cantar a la vez que se hace reír, un monólogo cantado si queremos llamarlo así, se está convirtiendo en una muy buena combinación que llena más de uno y de dos locales nocturnos. Me gustaría que disfrutarais con estos dos vídeos, sobre todo que algo consigáis reíros, porque hace más bien poco he descubierto que el humor, también se canta.



miércoles, 22 de julio de 2009

Un método muy particular

Estos días de julio, como siempre hago, desayuno con la radio. Algo que puede considerarse un hobby, un vicio e incluso una manía. Sea lo que sea, es imposible que a estas alturas me priven de para mí: “Mi momento All Bran”. Precisamente estos días, por motivos de trabajo, es la misma hora a la que tomo mi vaso de leche. Y la verdad, tengo que decir que se me atraganta día sí y día también, precisamente por culpa de mi querida radio.
Llegan a mis oídos a diario gran sarta de mentiras: políticas, sociales, deportivas, económicas…muchas de las cuales ni siquiera puedo demostrar. Pero si hay una de la que me avergüenzo en cuanto la reconozco, es ese anuncio que hace que se me corte la leche de cada mañana. En el anuncio en cuestión, un hombrecillo habla en español con acento inglés y trata de demostrar jurando y perjurando cómo “su método” es prácticamente milagroso para aprender el idioma, el inglés claro. No sólo se aprende sin esfuerzo, sino que además lo haces en 10 días, sin problemas y con los gastos económicos que “su método” requiera, con lo que seguro conseguirás aprenderte al menos los números.
Y es que igual que yo no puedo derrocar mentiras de ámbitos de los que no formo parte y que ni siquiera me incumben, callo y escucho. Pero en este caso, me veo en la obligación de hablar. Conozco a mucha, mucha gente que como yo, nos dedicamos en cuerpo y alma al estudio de la lengua inglesa: no sólo como idioma sino también como literatura, cultura…y puedo garantizar que “mi método”(así como el de toda esa gente de la que me rodeo), que es el esfuerzo, el tesón, la entrega de tiempo y por supuesto de dinero, la lectura, la escritura, el vocabulario, la gramática, el saber hablar, entender lo que escuchas…todo eso no entra en el método radiofónico, pero es así y sólo así, como se consigue aprender , saber y saborear una lengua. Basta de trivializar con el aprendizaje del inglés, que ni se consigue en 10 días y mucho menos sin esfuerzo.
Con todo ello, y tras haberme acicalado, salgo de casa, y de camino a la clase de inglés a la que me dirijo, me conciencio de que mi método, aquel con el que yo conseguí y sigo aprendiendo, es mucho menos comercial, pero sí aseguro que es bastante más eficaz. Porque el amor por una lengua, no se aprende en diez días.

domingo, 12 de julio de 2009

Recuerdos

La palabra "recuerdo", yo la tenía por algo positivo, algo bonito, eso que el pasado deja en ti para siempre, por lo que ese pasado y tu presente tienen sentido, aquello de lo que el pasado está formado y que poco a poco formará tu presente.
Pero últimamente estoy en el otro lado, en el lado oscuro, a lo Star Wars. Y es que me encuentro en un momento en el que los recuerdos de un pasado aparentemente positivo, me destrozan por dentro. Y es que esta nueva faceta de los recuerdos era algo, por no decir absolutamente desconocida para mí. Y es que, a veces me gustaría, como en la película de Recuerda, no acordarme de nada. Porque como afirmaban ciertos literatos como el gran Henry James, el pasado nos persigue. Mi encarecida y algo desesperada pregunta es: ¿Hasta cuándo?

viernes, 10 de julio de 2009

Hay fiestas...y fiestas

“Que nunca suele pasar nada, que hay que saber correrlo, que había demasiada gente”… que si esto, que si lo otro.
Soy partidaria de que las ciudades tengan sus propias tradiciones, festejos etc. pero repito lo mismo que al comienzo de la entrada: hay fiestas…y fiestas. Y creo que cualquier tipo de festejo, tradición, ocio…como quiera llamarse, que ponga en peligro la vida de la gente creo que dejan de ser fiestas, por lo menos para mí.
Minutos de silencio, homenajes…pero Capuchino ha sido toreado (si vale, también abucheado), pero toreado. Y varias horas más tarde, Pamplona, a lo suyo: a su comida, a su bebida, a su “fiesta” veraniega… ¿Es que con minutos de silencio o con dejar una pañoleta donde este corredor ha dejado de respirar para siempre, ya nos limpiamos las manos? Me parece que nos estamos equivocando. Me parece, que esta ciudad, se está equivocando.

De mayor quiero ser...

“Hijo, y tú ¿qué quieres ser de mayor? Astronauta, piloto, médico, veterinario, dentista”... ¿A quién no le han preguntado alguna vez esto y no ha contestado de modo más o menos similar?
Hoy en día, esta pregunta se mantiene intacta, pero no así la respuesta, que puede variar desde: me gustaría ser concursante de Gran Hermano, pasando por Supermodelo 2000 lo que sea, y terminando por vivir del cuento como colaborador de televisión. Y es que, el ejemplo televisivo que hoy día se otorga a los jóvenes, invita a todo menos al estudio y al esfuerzo por el trabajo. Parece ser que por ser un concursante de un reality absolutamente denigrante, tendrás tu vida resuelta, te reconocerán por la calle, y te pagarán siempre que lo requieras. O que por tener una cara bonita, pero no saber hacer la O con un compás, y haber estado tres meses en una escuela de modelos dejándote humillar por personas que se las dan de profesores, podrás triunfar en pasarelas como Cibeles, y por qué no Milán o Nueva York. ¿Experiencias, oportunidades? Creo que no.
Le pese a quien le pese, somos la generación de la televisión, y ya no nos asusta nada, vemos como normal muchas cosas que no deberíamos, e incluso nos parece que aguantar una sesión fotográfica o unas nominaciones, es algo muy muy duro.
Pero el verdadero problema, es que este tipo de cosas, es lo único que vende, y la televisión ha pasado de ser un entretenimiento, y un medio de comunicación a ser un mero negocio, que sólo cuentan con nosotros como mera estadística de audiencia, y que nos hacen creer que nuestro envío de sms construirán o destruirán el futuro de muchos.

martes, 7 de julio de 2009

Mujer Florero

Vivimos en una sociedad, o al menos eso dicen, en que la mujer está totalmente integrada, en el ámbito social, cultural, laboral…pero ¿y en el hogar? Creo que aquí la cosa patina. En la casa en la que vivo, tenemos gracias a Dios una piscina maravillosa. Suelo bajar la mayoría de las tardes, y allí, por desgracia no hago más que ver, como dicen Ella Baila Sola, muchas pero que muchas mujeres florero. Mujeres que bajan con sus “santos” como denominaba allá en los veranos pasados Elvira Lindo a su marido, “santos” que ni siquiera se sientan junto a ellas, sino que hacen el corrillo masculino como si en sus conversaciones no entrara en juego el sexo femenino, como si ellas (según ellos) sólo pudieran hablar de plancha y ropa sin poder entender la última jugada de no sé qué jugador de no sé qué equipo de no sé qué campeonato. Ellas, por supuesto, pendientes de los niños: que merienden, que jueguen, que se cambien cuando el bañador está mojado…y de vez en cuando pasarse al lado de su “santo” a darle una carantoña, porque: “pobrecito”… Estoy hablando de mujeres trabajadoras, independientes e inteligentes, no de mujeres que hayan nacido ayer. Con esto no quiero ofender a ningún hombre, ni mucho menos, porque sé que hay muchos, muchos hombres que para nada se acercan a este perfil. Mi “denuncia” es más hacia estas “mujeres florero” que por supuesto existen, de las que estamos rodeados y por las que siento y sentiré siempre lástima: lástima de que no peguen en su casa un buen puñetazo en la mesa. Porque es triste, muy triste que la mujer que tantos logros ha conseguido allá fuera tenga aún que permitir y someterse en su propia casa, aunque como dice el refrán: El enemigo en casa.


miércoles, 1 de julio de 2009

Aquellas pequeñas cosas

El otro día, revisando mi cuaderno de citas encontré una que ya había leído hacía mucho, y que volvió a mí por pura casualidad. La frase decía algo así como: “El hombre espera siempre la gran felicidad y se pierde por el camino las pequeñas felicidades de cada día”. Así que me dije: tengo que hacer un llamamiento a recordar y a valorar esas “pequeñas cosas” a las que tan increíblemente cantó el gran Serrat, y que a veces ni siquiera somos conscientes de que las tenemos. Y cuando hablo de pequeñas cosas no puedo afirmar cuáles son, y es que son tan personales…puede pasar desde un buen baño relajado, pasando por reírte hasta que te duelan las costillas, refrescarte con un buen vaso de lo que más te apetezca, que te de la brisa del mar mientras lees a tu autor favorito, que disfrutes de tu soledad, que cantes mientras cocinas, que te des un capricho de vez en cuando, que te mires al espejo y te gustes, en definitiva que seas feliz. Y es que son estas pequeñas las que dan sentido a nuestro día a día, porque la vida, por suerte o por desgracia no nos cambia enormemente a diario, por lo que debemos agarrarnos a estas pequeñas variaciones que la vida nos da, para así levantarnos como decía la Madre Teresa y vivir cada día como si fuera el último.