lunes, 7 de septiembre de 2009

Aprender a aburrirse

Tras los vergonzosos actos vandálicos que soportó la localidad de Pozuelo de Alarcón, las reacciones no se han hecho esperar. Y sinceramente, he de decir que algunas de ellas, no son menos vergonzosas que los actos en sí. Pero quizá la que más me llenó de rabia fue una declaración en un programa de radio. Alguien (no recuerdo quién), afirmaba que el problema era que los jóvenes carecíamos de ofertas de ocio. Y ahí sí que no. Primeramente porque es mentira, y no me achanto ante la palabra mentira, porque es lo que es. Lo sé de muy buena mano, porque entre otras cosas trabajo muy vinculada al ocio madrileño, y puedo asegurar que si hay algo que hasta sobra son las ofertas de ocio que una ciudad como Madrid ofrece.
Al oír esto, mi reflexión fue que el problema no es la falta de oferta, sino las vendas que muchos se ponen ante ellas. Ya puede haber quince exposiciones en Madrid, veinte obras de teatro, cientos de salas de cine, miles de restaurantes y lugares de ocio que el vandalismo no acabaría. Y es que no podemos pretender que el mundo se mueva a nuestro antojo, a actuar violentamente alegando que es por puro aburrimiento y falta de motivación ya que como dice una frase que la uso casi siempre que puedo: “En este mundo hay muchas clases de personas pero no hay un mundo para cada persona”, así que o aprendemos a saber aburrirnos o señores...vamos a acabar muy mal.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Irrepetibles

Estoy con el portátil en las rodillas, tratando de que se me ocurra una nueva entrada para el blog, ni buena ni mala, tan sólo una nueva. Y de repente, miro hacia la tele y ahí están, son mis musas amarillas.
Sin duda, al mirarlos me he dicho a mí misma: "Tengo que dedicarles una entrada". Me considero una Simpsonfanática desde hace varios años. He visto cantidad de capítulos, de especiales, la película por supuesto...y nunca dejan de sorprenderme. Para algunos niños son sólo dibujos, pero para los que conseguimos ver un poco más allá de la mera animación encontramos una crítica feroz a la sociedad norteamericana así como a sentimientos y comportamientos humanos, y a veces no tan humanos. Siempre he pensado que tienen un humor inteligente del que poco se encuentra ya en la televisión, pero es que además necesitas de un grado de cultura, a veces bastante llamativo para poder seguir sus chistes: has de saber de literatura, política, cine, música e incluso de religión. Y es para mí lo grandioso de esta serie. Detrás de esas caras amariilas, de esos pelos azules, de esas manos de tan sólo cuatro dedos, de un marido que parece un crío de 6 años, de una niña de 11 que parece de 30, de una madre y esposa de su casa, de un niño que hace de las suyas, de un bebé que no habla pero sabe latín...detrás de todo esto se esconde en cada uno de los capítulos una lección de humanidad, y es que a pesar de ser dibujos son a veces más humanos de lo que podemos llegar a ser cualquiera de nosotros.