viernes, 28 de agosto de 2009

Una ciudad de contrastes

En su día, culmen del imperio otomano, ciudad de sultanes y comerciantes, de pescadores y concubinas, de té y especias…y en la actualidad, prácticamente lo mismo. Y digo prácticamente porque no te encontrarás sultanes en palacios, pero sí sultanes de su casa, no encontrarás concubinas de alta alcurnia pero sí concubinas de su sultán casero. El resto….es igual. Los comercios ocupan casi todas las aceras, por las que apenas puedes andar sin saltar cachimbas, cerámica, comida, ropa, dulces, y toda clase de enseres imaginables.
Nada más llegar, los colores y los olores te anuncian que aquello va a ser diferente, y te das cuenta de que no te equivocas. Apenas encuentras mujeres por la calle, a algunas casi ni las ves y hay otras a las que ves demasiado.
La ciudad del comercio, del regateo, de la oferta y la demanda, de barcos y taxis, de avenidas y callejuelas, de lujo y pobreza, de joyerías y pequeños comercios, de gente rica y gente pobre, pero eso sí, con un olor muy característico. Y es que Estambul huele a mar, a té, a kebaps, a perfume... pero sobre todo huele a diferente.

2 comentarios:

  1. Una descripión de Turquía donde se puede captar cierta sensibilidad en tu prosa... por cierto este verano disfruté en Cieza ( Saja ) rodeado de tudancas en un bosque de acebos, verdaderamente Cantabria es Infinita.

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  2. Tu post tampoco se queda atrás en cuanto a poética se refiere. Y tu identidad es...

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